«Roboroach», la cucaracha cyborg

 

http://www.youtube.com/watch?v=uAtGlrURYuo

 

Aunque suene extraño, es cierto. Un par de científicos están ya trabajando en la creación de la primera cucaracha cyborg del mundo. Se vende cucaracha teledirigida por control remoto, para todos los públicos y, en concreto, para niños. Dos ingenieros de la Universidad de Michigan, Greg Gage y Tim Marzullo, han desatado la polémica al poner a la venta un kit con el que cualquiera puede «operar» en su casa a estos insectos y convertirlos en un cyborg. El objetivo, según declaran, es enseñar de forma sencilla cómo funciona la neurociencia. Y, según afirman, ya han vendido 300 paquetes.

El «Roboroach», como se llama el paquete, incluye un microcircuito que una vez implantado en el animal (que también se venden, y por docenas) es capaz de controlar sus movimientos. El usuario sólo tiene que mandar las órdenes a través de una app del móvil. Sin embargo, sólo dura unos minutos, ya que el insecto acaba aprendiendo cómo desobedecer las instrucciones que le llegan en forma de estímulos externos. Se puede utilizar hasta una semana: la cucaracha se olvida de cómo desobedecer haciendo descansos de veinte minutos, pero después de siete días ya se hace insalvable.

Las cucarachas utilizan las antenas en la cabeza para navegar por el mundo que les rodea, unas antenas que contienen neuronas que son sensibles al tacto y el olfato. Estas neuronas transmiten información al cerebro mediante la electricidad. El dispositivo que han diseñado se comunica directamente con las neuronas a través de pequeños impulsos eléctricos que son transmitidos a las antenas a través de pequeños cables. Así, cuando un usuario toca su teléfono activa el envío de diferentes impulsos a las antenas de los insectos. Según los fundadores de este proyecto esta tecnología es la misma que se emplea para tratar la enfermedad del Parkinson.

Además de ser utilizadas para enseñar cómo funciona la neurociencia, como son capaces de llegar a lugares recónditos, también servirán para meterlas entre los restos de un terremoto, y que encuentren supervivientes. También pueden esconderse debajo de las puertas para realizar labores de espionaje sin que nadie se dé cuenta, llevando además en esa mochila micro-robótica mini cámaras u otros artilugios de captación de información.

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